Costura a domicilio

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© Eduardo Frias Etayo

miércoles, 31 de diciembre de 2008

¿Feliz Año Nuevo?

31 de diciembre, festejo para unos cuantos habitantes del planeta tierra. Bueno y? Que cambia el año? Eso depende para quién. Por ejemplo para los chinos es muy variable, en el 2007 cayó un 18 de febrero, el 2008 fue el 7 de febrero y este año caerá el 26 de enero, todo depende del cumplimiento de la producción de juguetes plásticos en ese país. Para los judíos inicialmente fue entre marzo y abril, hasta que se hartaron de celebrar con frío y lluvia y decidieron celebrar el Rosh Hashaná (año nuevo) entre septiembre y octubre. Los musulmanes andan en la onda china, lo ponen cuando se cambian de turbante, por eso en este año celebraron dos años nuevos, uno el 10 de enero del 2008, y otro el 29 de diciembre de este mismo año, fiesteros los Hassanes. Los hindúes lo celebraron a mediados de noviembre, en Tailandia, Camboya, Birmania y Bengala lo celebran entre el 13 y 15 de abril. Los tibetanos lo celebran entre enero y marzo, los mapuches (ahí mismito al sur de América como quien va para el Pacífico pero tropieza con los Andes) lo celebran el 24 de junio, recuerden que viven al Sur, tienen las estaciones cambiadas, así que Papá Noel, hace dos viajes al año. Los Incas, un poco más al Norte de los mapuches ,y sin ruedas, ya lo celebraron el 22 de diciembre, cosa que molestó a los aymaras, primos de los incas, que decidieron celebrarlo a lo sureño el 21 de junio con el solsticio. De paso los neoceltas ya pusieron su bola e hicieron el conteo regresivo en Stonehenge el 1 de noviembre. Algunos ortodoxos que no les gustó para nada eso de calendario con nombre de Gregorio, ellos prefieren el de Julio, les parece más mensual, lo celebran el 10 de enero.
Después de esto he decidido crear el año nuevo Eduardiano, que se celebrará el 30 de abril de cada año, y ajustaré las festividades del año Eduardiano según los cobros, estas podrán ser quincenales, o mensuales, además de cobros de trabajos por la derecha, estas últimas serán declaradas Festividades Derechas, las otras serán las Festividades Siniestras (sino pónganse a arreglar el mes después de una celebración acabado de cobrar), o también se les llamará Día de los Padres (a los del cobro), ya que el resto de los días son de “madre”. Pues así les dejo cada cual para que establezca su año nuevo, yo por si o por no, y como falta mucho aún para el 30 abril, me declaro por hoy occidentalista y gregoriano y paso a chocar con una cervatana, cerva, lagarto, fría, o sea con una buena cerveza y les deseo felices fiestas o no fiestas, y a reírnos con el gato de Cheshire de la crisis, de la falta de trabajo que tenemos, y de lo que no cobramos este mes, de paso si alguien de los que paga en mi trabajo esta leyendo este blog le mando felicidades a su distinguida progenitora por no haber pagado cuando debían. Feliz 2009

jueves, 25 de diciembre de 2008

COOPERE CON EL ARTISTA EMIGRADO...PA´ AMANCIO A SANCOCHAR BONIAAAATOOOOO

Hace poco y después de una feliz travesía, que a última hora no fue muy atravesada arribó a Cánada un gran amigo y poeta cubano Osmany Oduardo (eso de cubano sonó como si yo fuera extranjero, y lo soy, aquí en NY soy cubano, allá en Cuba soy residente en los EUA y otros epítetos que no se refieren a status legal migratorio). De Osmany ya publiqué acá en una ocasión un poema de su libro Poeta en La Habana, claro lo hice con autorización de él, hoy aprovecho esa autorización, no se si me la dio para esto también, pero yo me la tomo como regalo de Navidad, aun anda sin trabajo y no me puede regalar nada, además de haber bajado con toda intención y alevosía todo el ron que trajo de Cuba. Con/sin autorización de Osmany ahí les va este artículo de él, además los invito a pasar a su recién estrenada página bloguera www.poetaencanada.blogspot.com


AH! LA DÉCIMA

Por Osmany Oduardo Guerra

Ya he escrito antes sobre la décima pero vuelvo a ella por causas estrictamente justificadas, y aunque así no lo fuera insistiría, porque me declaro un ferviente defensor de este género, a ratos vapuleado por los cultores (la computadora me sugiere sustituir esa palabra por culeros, supongo que en tanto perezosos y no aludiendo a lo que se les pone a los niños) de otros géneros y estrofas. Esto no significa que ahora yo deba justificar todo intento en aras de que la décima ocupe el lugar que merece en la literatura cubana.
Aquí no voy a atacar ni a implantar tesis aleccionadoras porque me ocupa un libro en particular. No voy a darles crédito (más bien descrédito) a aquellos que han tratado de desestimar, por beneficio propio, la literatura que viene en cajita de diez versos octosílabos, versos que no pretenden ser los barrotes de una prisión porque la espinela, ya se ha demostrado, tiene la virtud de estremecer y adaptarse a los nuevos discursos.
La editorial Pablo de la Torriente ha tenido el buen tino de sacar a la luz un texto fundamental para el estudio y comprensión de la “viajera peninsular”: La décima renacentista y barroca, del poeta, ensayista, crítico e investigador literario Virgilio López Lemus (Fomento, 1946). Con este libro, Virgilio reincide en su estudio de la décima, pues antes, en 1999, había publicado La décima constante. Las tradiciones oral y escrita, galardonado ese mismo año con el Premio Nacional de la Crítica Científico-Técnica. En la contracubierta de La décima renacentista... la editora asegura que su autor es un experto en la estrofa. No sé si a él le sirve tal apelativo, pero, con certeza, Virgilio es uno de los escritores que más ha estudiado la espinela, sus orígenes y variantes en Cuba. En este libro, Virgilio estudia a fondo las particularidades esquemáticas de esta forma poética y luego nos toma de la mano para conducirnos a través de la España medieval y presentarnos a Cervantes, Lope de Vega, Francisco de Quevedo, sor Juana Inés de la Cruz y otras figuras imprescindibles para las letras hispanoamericanas en sus felices intromisiones en el género.
La aparición de un libro como La décima renacentista y barroca, del Doctor en Ciencias Filológicas Virgilio López Lemus, pretende, en cierta medida, convertirse en material de consulta, del cual podemos valernos quienes cultivamos el género, quienes lo estudian, y quienes lo censuran. Los primeros para que tomemos conciencia de sus riquezas estilísticas y formales, y no padecer la ignorancia ante algo que ya es nuestro por cuanto la hemos incorporado a nuestra vida creativa, que es la única vida posible para el escritor. A los segundos les servirá para establecer quizás comparaciones entre lo escrito por otros y lo que Virgilio nos propone con este estudio que a mi modo de ver presupone un capítulo interesante de lo que es la décima en cuestiones teóricas. A los últimos, pues que les sirva de base para tachar rezagos conservadores que le cuelgan a la décima (y por ende a todo el que se atreva a trazarla) marbetes paisajistas, siboneyistas y campesinos; que les sirva para que se restituya su mediocridad enarbolada y comprendan que es una estrofa como cualquier otra, sólo que llegó a Cuba y caló tan hondo que ahora es imposible separarla de nosotros.
En un artículo que titulé “Sobre la décima en Las Tunas y otros rumores”, publicado en La Jiribilla en un dossier especial dedicado a esta forma poética, defendía que, por el hecho de que tenga raigambre popular, la espinela no debe quedar relegada a los campos de Cuba (sin que esto signifique una subvaloración de su vertiente repentizada) ni convertirse en justificación para que varios escritores --que casi siempre son censores institucionalizados-- desechen, de alguna manera, a quienes la escriben. Y esto no tiene que ver solamente con el simple hecho de que se les/nos catalogue de “decimistas”, la cosa está en que un decimista jamás es un escritor, a veces ni siquiera es poeta.
A propósito, no he escuchado todavía que a alguien se le llame “sonetista” o “versilibrista”.

BIBLIOTECOLOGÍA APLICADA III

Hace ya casi tres semanas declaré mi muerte cibernética, ya se que me dirán que las resurreciones son válidas al tercer día. NOOOOO, y menos por esta época que el dueño de la patente de esa idea anda cumpliendo años. De todas formas he decidido dejar el descanso, precisamente por estar de idem en trabajos oficiales (léase los que te dan salario para comer). Por esto he decidido retomar la historia y regresar con algo de lo que primero hice cuando inicié el blog que es la Bibliotecología Aplicada, y así vinculo la onda (ni la de David, ni la de Millenium Motors) con la que me despedí que es el trabajo de imagenes. Para comenzar pongo una foto que ya usé acá y que fue tomada en aquella inolvidable y sabrosa tarde de libros y cervezas en Manhattan con Alexis Romay y Enrisco en/y después de su lectura en McNally. Allí disfruté por primera vez del humor de los libreros neoyorquinos, al ver un libro de Fidel, otro titulado La Revolución Cubana, y uno de Gabo y Fidel, unidos al título de otro texto muy sugerente ¡YA BASTA!
Luego me he vuelto a reencontrar para desgracia mía con los mismos títulos, pero he descubierto que el humor no es monopolizado por McNally...
Estas imágenes pertenecen a los estantes de Barnes and Noble, que al parecer trata de competir en sentido del humor con los de McNally. En este caso Fidel Castro junto a Piratas y Templarios ¿? Lo de pirata?... ya sabemos por donde viene la cosa, lo de templario?... eso además de rapiñar cuanta plata había cerca...

La segunda une a Gabo y Fidel, al lado de Mitos y Leyendas de América, el único problema es que ambos son reales, no son producto de la fantasía popular, aunque tal vez queden para eso, uno para asustar a los niños pequeños, si no te comes la papa te traigo al barbudo del traje verde, y el otro para asustar a los estudiantes de Literatura, si no haces la tarea te pongo a leer los últimos libros de García Marquez. El libro Nieve en la Habana, el amarillo un poco a la izquierda, así como China, tendría algunos rasgos para clasificar en eso de mito y leyenda. Aunque la tapa del recipente en el cual se solía envasar la compota rusa, lo pone el último libro de la izquierda (por favor léase del lado izquierdo, la Izquierda ya no escribe libros, ahora deja mensajes en computadores que se envían como donación a la selva colombiana), titulado A trancas y Barrancas, cualquier similitud a la obra de los dos personajes del primer libro es pura coincidencia barnesnobleliana.